Históricamente, los falsificadores comenzaron a hacer uso de sus talentos especiales en el comienzo del siglo IV D.C. Durante esa época, Egipto y Grecia exportaron objetos de arte y estatuas a través del Mediterráneo. Cuando Roma comenzó a construir un imperio, mucho de los templos fueron adornados con estatuas griegas y la gente rica esperaba adquirir la producción de griega de reconocidos artistas. La demanda aumentó tanto, que los comerciantes romanos no podían cumplir con los requerimientos de sus clientes. Muchos de estos comerciantes comenzaron a producir en talleres romanos, copias de las esculturas griegas con la ayuda de artistas locales.
La iniciativa de los comerciantes de arte de Roma, les permitió reducir los grandes costos de importación y el riesgo de transportar mercadería tan sensible. Muchos de estos marchants tomaron ventaja de la situación y comenzaron a vender estas reproducciones como arte griego original, momento en que podemos decir que nacen las falsificaciones de obras de arte.
El motivo principal de la existencia del negocio de obras de arte lo constituye la afición de los coleccionistas. Las tendencias de la moda por un lado, la oferta y la demanda por el otro, determinan los precios.
Con la afición al coleccionismo, cada vez en aumento, los precios iban siendo cada vez más altos, y paralelamente fueron desarrollando sus artes los falsificadores de toda clase. Nació un mercado, e inmediatamente actuó la ley de la oferta y la demanda.
Uno de los campos de la ciencia forense cada vez más importante se centra en examinar documentos y ponerlos a prueba.
Las falsificaciones son una especie de plaga que se extiende a lo largo del mercado de arte y con el advenimiento de modernas técnicas que fueron en aumento a partir de la segunda mitad del siglo XX, los falsificadores han tenido un campo más fructífero para el desarrollo de su actividad.
Para comenzar con el trabajo deberíamos primero preguntarnos qué es una falsificación y separarla de lo que es una reproducción y una copia. La definición más precisa es la de orden legal: una falsificación es una obra de arte ejecutada con la intención de inducir a error, de hacerla pasar como creación de una mano diferente. Una copia no tiene por qué ser una falsificación, así como tampoco una pintura u objeto ejecutados en un estilo ajeno. Lo importante es la intención.
Una reproducción es una réplica o facsímil de un objeto original. Frecuentemente, las reproducciones son realizadas directamente de originales, haciéndolos duplicados exactos. Muchas reproducciones son hechas y comercializadas por los mismos museos.
Una copia, es una réplica producida usando como guía un original, pero no se usa físicamente sino que se hace una reproducción mecánica. Estas copias son generalmente de menor calidad que las reproducciones.
Una atribución falsa tampoco es una falsificación. Las colecciones privadas y los museos están plagados de obras a las que no puede adjudicarse un origen definitivo.
La segunda pregunta no lleva a cómo distinguir una obra falsa de una verdadera. Un experto podría determinarlo tal vez a simple vista, pero no puede ser probado hasta no realizar una batería de estudios químicos, consultas a catálogos o referencias del estado de la obra en la actualidad, el estudio del estilo, el análisis del soporte, la antigüedad de los pigmentos, y otras pruebas que describiremos a continuación.
Hay que tener en cuenta que los objetos genuinos, a diferencia de las copias, siempre tienen historia.
“El arte contemporaneo consiste en una vida consciente y organizada, capaz de ver y construir. Toda persona que haya organizado su vida, su trabajo y a sí misma es un artista.”
miércoles, 25 de mayo de 2011
TÉCNICAS PICTÓRICAS
En general las falsificaciones de cuadros son las realizadas con la técnica al óleo, ya que son las que resisten el tiempo y por lo tanto las que adquieren más valor.
Óleo
Es la técnica pictórica que mezcla los pigmentos cromáticos (colores pulverizados con óleos y resinas vegetales). La pintura al óleo es suave, seca despacio y es el medio ideal para la superposición y la fusión de los colores. Con óleo se puede pintar sobre muchos materiales, los más comunes son sobre tela y sobre madera.
A partir de mediados del siglo XVI, la pintura al óleo progresó hasta convertirse durante más de 400 años en el medio pictórico más utilizado.
Antes se creía que la pintura al óleo había sido inventada por el pintor flamenco Jan van Eyck a principios del siglo XV, pero hoy se sabe que ya existía con anterioridad. Van Eyck investigó esta técnica haciendo un dibujo detallado en una tabla cubierta de yeso y aplicando sucesivas capas de veladuras de óleo transparentes. En Italia, el pintor siciliano Antonello da Messina popularizó esta técnica, de la que se aprovecharon los pintores del renacimiento.
Los venecianos dieron el siguiente paso de pintar sobre lienzo, con el que se conseguía una superficie mucho más grande y permitía además enrollarlo para facilitar el transporte.
Los pintores holandeses como Rembrandt y Frans Hals y el pintor español Diego Velásquez hicieron ensayos con la aplicación de empastes. Los artistas más ortodoxos de los siglos XVIII y XIX hacían la pintura subyacente en óleo negro y gris y después repintaban en color. Sin embargo, la gama de colores era limitada y muchos se han desvanecido.
Los avances de la química proporcionaron nuevos y brillantes pigmentos en el siglo XIX.
En la técnica de pintura al óleo se emplean como aglutinantes para la disolución de los colores los aceites grasos, además de esencias y de resinas. Entre los primeros se destaca la linaza. Las esencias no dejan rastro ya que se evaporan absolutamente y proporcionan delgadas películas de color. Entre las de origen vegetal está la esencia de trementina.
La pintura directa al óleo es el procedimiento más breve ya que el pintor trabaja sobre el efecto final del cuadro. Por su parte, la aplicación del color por capas constituye el procedimiento más antiguo y consiste en que en la capa inferior se obtiene el dibujo, el modelado con sus luces y una ligera indicación del color. En la capa superior, el artista se entrega directo a la representación del efecto cromático. Otra de las técnicas más características del óleo es la aplicación del color por veladuras, que son capas tenues y fluidas que van desde el claro al oscuro.
Acuarela
Es uno de los procedimientos más antiguos, los egipcios la aplicaron sobre papiro. En el siglo VIII los chinos emplearon esta técnica para pintar sobre seda y papel de arroz. En la Europa medieval se utilizó mezclando los colores con clara de huevo, para la decoración de manuscritos.
Son admirables las obras realizadas con esta técnica durante el Renacimiento italiano, y la perfección de las obras de la escuela renana (Alemania).
A fines del siglo XVIII y principios del XIX, la acuarela fue utilizada frecuentemente por los artistas británicos.
La técnica de la acuarela ha sido, sin ninguna duda, el medio más popular entre los pintores amateurs desde el siglo XIX, y actualmente continúa manteniendo su posición.
No es difícil encontrar razones para demostrar tal afirmación: el crecimiento de la técnica coincidió con la época victoriana y sus paisajes románticos, llenos de flores y preciosas vistas. Las flores y los paisajes eran y son el sujeto que más veces se pinta y la técnica de la acuarela por su fluidez, frescura y chispa es un medio perfecto para representarlo: los colores se mezclan con el agua para conseguir una pintura transparente que aporta mucha luminosidad.
Las acuarelas son pigmentos muy finamente molidos aglutinados en goma arábiga. La goma se disuelve fácilmente en agua y se adhiere al papel. En la actualidad, la idea que la técnica es utilizada por pintores amateurs queda muy lejos y muchos artistas profesionales se pasan a la acuarela sobretodo los retratistas y los paisajistas, ya que les ofrece multitud de posibilidades y su ligereza la hace muy atractiva.
La gran dificultad que ofrece la pintura en acuarela es que una vez hecho un error, muchas veces no puede ser rectificado. Hacer una buena pintura no es nunca fácil, pero una vez cogida la técnica las dificultades se minimizan.
Pastel Técnica que tiene la particularidad de no utilizar ningún aglutinante, por lo que el color de la barra es el definitivo. A cambio, tiende a ser alterado con facilidad y necesita de un fijador para su total adherencia al soporte, que suele ser papel. Tiene su origen en Italia durante el siglo XVI. Los artistas impresionistas lo utilizaron con maestría.
Óleo
Es la técnica pictórica que mezcla los pigmentos cromáticos (colores pulverizados con óleos y resinas vegetales). La pintura al óleo es suave, seca despacio y es el medio ideal para la superposición y la fusión de los colores. Con óleo se puede pintar sobre muchos materiales, los más comunes son sobre tela y sobre madera.
A partir de mediados del siglo XVI, la pintura al óleo progresó hasta convertirse durante más de 400 años en el medio pictórico más utilizado.
Antes se creía que la pintura al óleo había sido inventada por el pintor flamenco Jan van Eyck a principios del siglo XV, pero hoy se sabe que ya existía con anterioridad. Van Eyck investigó esta técnica haciendo un dibujo detallado en una tabla cubierta de yeso y aplicando sucesivas capas de veladuras de óleo transparentes. En Italia, el pintor siciliano Antonello da Messina popularizó esta técnica, de la que se aprovecharon los pintores del renacimiento.
Los venecianos dieron el siguiente paso de pintar sobre lienzo, con el que se conseguía una superficie mucho más grande y permitía además enrollarlo para facilitar el transporte.
Los pintores holandeses como Rembrandt y Frans Hals y el pintor español Diego Velásquez hicieron ensayos con la aplicación de empastes. Los artistas más ortodoxos de los siglos XVIII y XIX hacían la pintura subyacente en óleo negro y gris y después repintaban en color. Sin embargo, la gama de colores era limitada y muchos se han desvanecido.
Los avances de la química proporcionaron nuevos y brillantes pigmentos en el siglo XIX.
En la técnica de pintura al óleo se emplean como aglutinantes para la disolución de los colores los aceites grasos, además de esencias y de resinas. Entre los primeros se destaca la linaza. Las esencias no dejan rastro ya que se evaporan absolutamente y proporcionan delgadas películas de color. Entre las de origen vegetal está la esencia de trementina.
La pintura directa al óleo es el procedimiento más breve ya que el pintor trabaja sobre el efecto final del cuadro. Por su parte, la aplicación del color por capas constituye el procedimiento más antiguo y consiste en que en la capa inferior se obtiene el dibujo, el modelado con sus luces y una ligera indicación del color. En la capa superior, el artista se entrega directo a la representación del efecto cromático. Otra de las técnicas más características del óleo es la aplicación del color por veladuras, que son capas tenues y fluidas que van desde el claro al oscuro.
Acuarela
Es uno de los procedimientos más antiguos, los egipcios la aplicaron sobre papiro. En el siglo VIII los chinos emplearon esta técnica para pintar sobre seda y papel de arroz. En la Europa medieval se utilizó mezclando los colores con clara de huevo, para la decoración de manuscritos.
Son admirables las obras realizadas con esta técnica durante el Renacimiento italiano, y la perfección de las obras de la escuela renana (Alemania).
A fines del siglo XVIII y principios del XIX, la acuarela fue utilizada frecuentemente por los artistas británicos.
La técnica de la acuarela ha sido, sin ninguna duda, el medio más popular entre los pintores amateurs desde el siglo XIX, y actualmente continúa manteniendo su posición.
No es difícil encontrar razones para demostrar tal afirmación: el crecimiento de la técnica coincidió con la época victoriana y sus paisajes románticos, llenos de flores y preciosas vistas. Las flores y los paisajes eran y son el sujeto que más veces se pinta y la técnica de la acuarela por su fluidez, frescura y chispa es un medio perfecto para representarlo: los colores se mezclan con el agua para conseguir una pintura transparente que aporta mucha luminosidad.
Las acuarelas son pigmentos muy finamente molidos aglutinados en goma arábiga. La goma se disuelve fácilmente en agua y se adhiere al papel. En la actualidad, la idea que la técnica es utilizada por pintores amateurs queda muy lejos y muchos artistas profesionales se pasan a la acuarela sobretodo los retratistas y los paisajistas, ya que les ofrece multitud de posibilidades y su ligereza la hace muy atractiva.
La gran dificultad que ofrece la pintura en acuarela es que una vez hecho un error, muchas veces no puede ser rectificado. Hacer una buena pintura no es nunca fácil, pero una vez cogida la técnica las dificultades se minimizan.
Pastel Técnica que tiene la particularidad de no utilizar ningún aglutinante, por lo que el color de la barra es el definitivo. A cambio, tiende a ser alterado con facilidad y necesita de un fijador para su total adherencia al soporte, que suele ser papel. Tiene su origen en Italia durante el siglo XVI. Los artistas impresionistas lo utilizaron con maestría.
ESTUDIOS PARA DETERMINAR LA AUTENTICIDAD DE UNA OBRA
Las falsificaciones de obras de arte son por lo general, muy cuidadas y pueden resultar extremadamente convincentes en una inspección superficial. Por ello es necesario la utilización de ciertas técnicas instrumentales que propone la química, para determinar la autenticidad o no de un cuadro.
El examen óptico
El método óptico puede llevarse a cabo mediante una fuente de luz natural o artificial. La luz natural deteriora la obra, por lo que hay que exponerla por el menor tiempo posible a la acción de los rayos del sol. La luz artificial también degrada la obra pero es la más utilizada para el análisis. Para la observación se requiere una lupa de aumento y una fuente luminosa de 250 w.
La fuente de luz se puede situar en tres posiciones diferentes:
1) Luz frontal: permite abarcar la totalidad de la pieza, y observar si hay desprendimientos de las capas superficiales, retoques deficientes, si el barniz se ha precipitado y oscurecido sensiblemente, si presenta excoriaciones o roturas, si hay manchas
indicativas de cultivos de hongos por exceso de humedad, descamaciones o cuarteamientos por resecamiento o excesivo calor que disuelve o pulveriza las encoladuras del sostén, si hay grietas por deficiencias de los pigmentos o el preparado de los sostenes.
2) Luz a 45º de proyección: revela el estado de tensión de la tela, los incipientes desprendimientos, la falta de adherencia, los niveles alterados por restauraciones deficientes anteriores, los parches y las suturas fuera de nivel.
3) Luz rasante con variación de lados y ángulos: revela las mínimas anomalías existentes en los niveles de toda la superficie de la obra, las ampollas, las ondulaciones y las restauraciones imperfectas.
Exámenes técnicos
Radiación ultravioleta: cuando se expone la obra al espectro U.V. se pueden observar las zonas alteradas, ya sea por retoques sobre el barniz o por anteriores restauraciones. Al aplicar ultravioleta sobre el cuadro en un ambiente oscuro, el barniz resulta fluorescente y brilla con un color verde musgo. Los demás colores parecen borrarse del cuadro y el diseño general puede apreciarse débilmente bajo el barniz fluorescente. En aquellos puntos en que le barniz se ha perdido, no hay fluorescencia y se aprecian manchas negras. En síntesis, lo que se observa con la radiación ultravioleta es la capa superficial del cuadro.
Convertidor de imágenes en infrarrojo: consiste en obtener una imagen óptica sobre una superficie fotosensible acoplado a un sistema que proyecta la imagen electrónica sobre una pantalla fluorescente que, a su vez, permite la obtención de una imagen visible. La región del espectro que se utiliza se halla entre los 760 nanómetros y los 2000 nanómetros. Con esta técnica se observan las capas inferiores de un cuadro y confirmar su diseño previo.
Rayos X: la radiación electromagnética afecta a una película fotográfica y generan radiografías, que son placas que muestran las estructuras internas de objetos, personas y sustancias. Se utilizan para completar trabajos de restauración en pinturas de caballete, esculturas y metales, ya que las radiografías ayudan a determinar la condición de las piezas, su legitimidad y auxilia los estudios, las investigaciones y el diagnóstico del restaurador. Los rayos X apoyan la observación de los arrepentimientos, las correcciones o los cambios que el autor realizó en su obra, o bien, a las intervenciones posteriores a las que fue sometida. En el caso de las esculturas, se determina si existe una articulación, alteración o fractura interna en la pieza. Con los metales, se establece el grado de oxidación.
Las radiografías de materiales delgados como pinturas en caballete, óleos o cartón se trabajan con rayos Grenz (tienen menos de 20 Kw). Mientras que los materiales de mayor grosor como la cerámica, pintura en madera, escultura o metales, se trabajan con rayos X.
Sólo el restaurador tiene la capacidad de determinar las piezas que requieren placa. Las piezas no se alteran con la radiación porque no se concentra en este tipo de material.
En la pintura reciente, entre 30 y 50 años, no resaltan las figuras, porque no presentan acumulación de minerales o sustancias que el tiempo adhiere a la obra. Otro factor que impide la claridad de la radiografía es la composición de las sustancias orgánicas o pigmentos vegetales.
Con este método se detecta cuando la técnica de manufactura del soporte no coordina con la de la imagen, porque al sacar la placa se observa que existe otra pintura que puede corresponder a épocas anteriores a la que se observa. También sirve para conocer la conservación del material, los clavos internos que presenta, la constitución o plaga interna que pudiera tener.
Los rayos X contribuyen a complementar los trabajos realizados en los talleres de pintura de caballete, policromía y metales, porque pueden establecer la autenticidad y condición de los bienes culturales. A través de éstos se registra la estructura interna de las piezas y determina: los detalles, el estilo característico del artista, y la escuela; las modificaciones hechas por el artista original o las alteraciones realizadas posteriormente; los defectos que no se ven a simple vista después de la restauración; y las anomalías estructurales en la distribución de las densidades radiográficas que pueden indicar falsificación en cuadros similares.
Algunas veces se pueden hacer visibles las firmas, fechas e inscripciones que se encuentran ilegibles.
Difracción por rayos X: a través de esta técnica se puede determinar la naturaleza de los pigmentos que se usaron. Los pigmentos están compuestos por materiales orgánicos e inorgánicos. La difracción de rayos X caracteriza los minerales de cada pigmento. Dado que los avances industriales han proporcionado al artista una paleta más amplia, si estos pigmentos modernos aparecen en una obra antigua (en una zona original), es motivo suficiente para pensar que no sea de época.
Microscopía electrónica de barrido (Scanning Electron Microscopy): se puede acoplar a un analizador de energía dispersiva de rayos x y permite la identificación de componentes orgánicos que puedan poseer los pigmentos sirve para el análisis de pigmentos y sus componentes.
Colorimetría: es un método que permite por medio del microanálisis, descubrir los elementos que integran los pigmentos. Se utiliza para esto una aguja hipodérmica convertida en un sacabocados, se introduce levemente en la capa de pintura procurando no atravesar la tela y se extrae una partícula de pintura. Luego, se la introduce en un tubo de ensayo y se la disuelve con un solvente apropiado para realizar las muestras para una cromatografía planar.
Micrómetro: con este aparato se pueden medir los espesores de las distintas capas pictóricas y determinar el orden en que han sido aplicadas. Son elementos de medición del orden de la centésima de milímetro. Estos aparatos pueden ser de aguja o digitales.
Espectrometría: se utiliza para determinar elementos constitutivos y aditivos. Consiste en la interacción de un haz de fotones y las moléculas de las sustancias que se quiere analizar. De acuerdo al tipo de espectrometría que se utilice se pueden determinar cual y cuantitativamente la presencia de elementos orgánicos en un compuesto o elementos minerales.
Espectroscopía RAMAN: es un sistema de análisis no destructivo que permite restaurar obras de arte en poco tiempo sin agredirlas. Por un lado, analiza los pigmentos de la obra, y por otro, determina cuales son los que no pertenecen a la pieza. Este sistema está basado en la tecnología láser, que ofrece gran capacidad de resolución y especificidad, los que permite detectar la autenticidad de una obra y a que período pertenece. La espectroscopía RAMAN se combina con otra técnica llamada foto-ablación, que determina con mucha exactitud, que pigmento es de los que existen en la paleta informática, porque es sensible a la composición química y a la estructura poli-atómica.
Permite analizar partículas de diámetro inferior al micro. La foto-ablación no térmica, es un proceso que utiliza impulsos láser ultravioleta para eliminar los elementos que no pertenecen a la obra original sin dañarla.
Recientemente se ha podido constatar la falsificación de tres tablas, de unas medidas de 10,50 x 29,50 cm, firmadas y atribuidas supuestamente al pintor modernista valenciano Cecilio Pla (1860-1934) y fechadas en los años 1915 y 1920. Mediante la espectroscopía RAMAN se detectaron en las tres tablas, dos pigmento (rutilo y azul de fotalocianina), que son posteriores a la muerte del pintor.
Método del Carbono 14: sirve para determinar la edad de una obra. Cuando un organismo muere, la concentración de C14 empieza a decaer; eso ocurre con la madera utilizada para elaborar papel o en el algodón utilizado para elaborar telas, por ejemplo. Este fenómeno da una pauta para establecer la edad absoluta de los materiales orgánicos. Este método se lleva a cabo a través de un estudio denominado “Análisis por activación neutrónica”, que consiste básicamente en generar isótopos radiactivos de los elementos que quiere investigar, pudiendo medir luego la proporción de estos isótopos radiactivos, y en función de ello, medir su concentración.
Estratigrafía: muestra cómo han sido aplicados los estratos o diferentes capas de la pintura desde su soporte: las capas de preparación e imprimación, capas de color, veladuras, capa de barniz, repintes.
Análisis de aglutinante: con este ensayo se sabe el procedimiento que utilizó el artista: si se trata de un óleo, acuarela, témpera, cera.
Para el análisis de esculturas cuyo origen es puesto en duda, se utilizan este tipo de análisis:
Gammagrafía: muestra las interioridades de esculturas de materiales que los rayos x no pueden atravesar: la piedra, el metal de grosor considerable, etc. Se puede estudiar si la obra tiene grietas internas, si hay corrosión, etc.
Termoluminiscencia: para esculturas u otro tipo de obras realizadas en barro que haya sido cocido tras su realización. Para una figura realizada en terracota podemos saber con un margen de error mínimo cuándo fue cocida.
El examen óptico
El método óptico puede llevarse a cabo mediante una fuente de luz natural o artificial. La luz natural deteriora la obra, por lo que hay que exponerla por el menor tiempo posible a la acción de los rayos del sol. La luz artificial también degrada la obra pero es la más utilizada para el análisis. Para la observación se requiere una lupa de aumento y una fuente luminosa de 250 w.
La fuente de luz se puede situar en tres posiciones diferentes:
1) Luz frontal: permite abarcar la totalidad de la pieza, y observar si hay desprendimientos de las capas superficiales, retoques deficientes, si el barniz se ha precipitado y oscurecido sensiblemente, si presenta excoriaciones o roturas, si hay manchas
indicativas de cultivos de hongos por exceso de humedad, descamaciones o cuarteamientos por resecamiento o excesivo calor que disuelve o pulveriza las encoladuras del sostén, si hay grietas por deficiencias de los pigmentos o el preparado de los sostenes.
2) Luz a 45º de proyección: revela el estado de tensión de la tela, los incipientes desprendimientos, la falta de adherencia, los niveles alterados por restauraciones deficientes anteriores, los parches y las suturas fuera de nivel.
3) Luz rasante con variación de lados y ángulos: revela las mínimas anomalías existentes en los niveles de toda la superficie de la obra, las ampollas, las ondulaciones y las restauraciones imperfectas.
Exámenes técnicos
Radiación ultravioleta: cuando se expone la obra al espectro U.V. se pueden observar las zonas alteradas, ya sea por retoques sobre el barniz o por anteriores restauraciones. Al aplicar ultravioleta sobre el cuadro en un ambiente oscuro, el barniz resulta fluorescente y brilla con un color verde musgo. Los demás colores parecen borrarse del cuadro y el diseño general puede apreciarse débilmente bajo el barniz fluorescente. En aquellos puntos en que le barniz se ha perdido, no hay fluorescencia y se aprecian manchas negras. En síntesis, lo que se observa con la radiación ultravioleta es la capa superficial del cuadro.
Convertidor de imágenes en infrarrojo: consiste en obtener una imagen óptica sobre una superficie fotosensible acoplado a un sistema que proyecta la imagen electrónica sobre una pantalla fluorescente que, a su vez, permite la obtención de una imagen visible. La región del espectro que se utiliza se halla entre los 760 nanómetros y los 2000 nanómetros. Con esta técnica se observan las capas inferiores de un cuadro y confirmar su diseño previo.
Rayos X: la radiación electromagnética afecta a una película fotográfica y generan radiografías, que son placas que muestran las estructuras internas de objetos, personas y sustancias. Se utilizan para completar trabajos de restauración en pinturas de caballete, esculturas y metales, ya que las radiografías ayudan a determinar la condición de las piezas, su legitimidad y auxilia los estudios, las investigaciones y el diagnóstico del restaurador. Los rayos X apoyan la observación de los arrepentimientos, las correcciones o los cambios que el autor realizó en su obra, o bien, a las intervenciones posteriores a las que fue sometida. En el caso de las esculturas, se determina si existe una articulación, alteración o fractura interna en la pieza. Con los metales, se establece el grado de oxidación.
Las radiografías de materiales delgados como pinturas en caballete, óleos o cartón se trabajan con rayos Grenz (tienen menos de 20 Kw). Mientras que los materiales de mayor grosor como la cerámica, pintura en madera, escultura o metales, se trabajan con rayos X.
Sólo el restaurador tiene la capacidad de determinar las piezas que requieren placa. Las piezas no se alteran con la radiación porque no se concentra en este tipo de material.
En la pintura reciente, entre 30 y 50 años, no resaltan las figuras, porque no presentan acumulación de minerales o sustancias que el tiempo adhiere a la obra. Otro factor que impide la claridad de la radiografía es la composición de las sustancias orgánicas o pigmentos vegetales.
Con este método se detecta cuando la técnica de manufactura del soporte no coordina con la de la imagen, porque al sacar la placa se observa que existe otra pintura que puede corresponder a épocas anteriores a la que se observa. También sirve para conocer la conservación del material, los clavos internos que presenta, la constitución o plaga interna que pudiera tener.
Los rayos X contribuyen a complementar los trabajos realizados en los talleres de pintura de caballete, policromía y metales, porque pueden establecer la autenticidad y condición de los bienes culturales. A través de éstos se registra la estructura interna de las piezas y determina: los detalles, el estilo característico del artista, y la escuela; las modificaciones hechas por el artista original o las alteraciones realizadas posteriormente; los defectos que no se ven a simple vista después de la restauración; y las anomalías estructurales en la distribución de las densidades radiográficas que pueden indicar falsificación en cuadros similares.
Algunas veces se pueden hacer visibles las firmas, fechas e inscripciones que se encuentran ilegibles.
Difracción por rayos X: a través de esta técnica se puede determinar la naturaleza de los pigmentos que se usaron. Los pigmentos están compuestos por materiales orgánicos e inorgánicos. La difracción de rayos X caracteriza los minerales de cada pigmento. Dado que los avances industriales han proporcionado al artista una paleta más amplia, si estos pigmentos modernos aparecen en una obra antigua (en una zona original), es motivo suficiente para pensar que no sea de época.
Microscopía electrónica de barrido (Scanning Electron Microscopy): se puede acoplar a un analizador de energía dispersiva de rayos x y permite la identificación de componentes orgánicos que puedan poseer los pigmentos sirve para el análisis de pigmentos y sus componentes.
Colorimetría: es un método que permite por medio del microanálisis, descubrir los elementos que integran los pigmentos. Se utiliza para esto una aguja hipodérmica convertida en un sacabocados, se introduce levemente en la capa de pintura procurando no atravesar la tela y se extrae una partícula de pintura. Luego, se la introduce en un tubo de ensayo y se la disuelve con un solvente apropiado para realizar las muestras para una cromatografía planar.
Micrómetro: con este aparato se pueden medir los espesores de las distintas capas pictóricas y determinar el orden en que han sido aplicadas. Son elementos de medición del orden de la centésima de milímetro. Estos aparatos pueden ser de aguja o digitales.
Espectrometría: se utiliza para determinar elementos constitutivos y aditivos. Consiste en la interacción de un haz de fotones y las moléculas de las sustancias que se quiere analizar. De acuerdo al tipo de espectrometría que se utilice se pueden determinar cual y cuantitativamente la presencia de elementos orgánicos en un compuesto o elementos minerales.
Espectroscopía RAMAN: es un sistema de análisis no destructivo que permite restaurar obras de arte en poco tiempo sin agredirlas. Por un lado, analiza los pigmentos de la obra, y por otro, determina cuales son los que no pertenecen a la pieza. Este sistema está basado en la tecnología láser, que ofrece gran capacidad de resolución y especificidad, los que permite detectar la autenticidad de una obra y a que período pertenece. La espectroscopía RAMAN se combina con otra técnica llamada foto-ablación, que determina con mucha exactitud, que pigmento es de los que existen en la paleta informática, porque es sensible a la composición química y a la estructura poli-atómica.
Permite analizar partículas de diámetro inferior al micro. La foto-ablación no térmica, es un proceso que utiliza impulsos láser ultravioleta para eliminar los elementos que no pertenecen a la obra original sin dañarla.
Recientemente se ha podido constatar la falsificación de tres tablas, de unas medidas de 10,50 x 29,50 cm, firmadas y atribuidas supuestamente al pintor modernista valenciano Cecilio Pla (1860-1934) y fechadas en los años 1915 y 1920. Mediante la espectroscopía RAMAN se detectaron en las tres tablas, dos pigmento (rutilo y azul de fotalocianina), que son posteriores a la muerte del pintor.
Método del Carbono 14: sirve para determinar la edad de una obra. Cuando un organismo muere, la concentración de C14 empieza a decaer; eso ocurre con la madera utilizada para elaborar papel o en el algodón utilizado para elaborar telas, por ejemplo. Este fenómeno da una pauta para establecer la edad absoluta de los materiales orgánicos. Este método se lleva a cabo a través de un estudio denominado “Análisis por activación neutrónica”, que consiste básicamente en generar isótopos radiactivos de los elementos que quiere investigar, pudiendo medir luego la proporción de estos isótopos radiactivos, y en función de ello, medir su concentración.
Estratigrafía: muestra cómo han sido aplicados los estratos o diferentes capas de la pintura desde su soporte: las capas de preparación e imprimación, capas de color, veladuras, capa de barniz, repintes.
Análisis de aglutinante: con este ensayo se sabe el procedimiento que utilizó el artista: si se trata de un óleo, acuarela, témpera, cera.
Para el análisis de esculturas cuyo origen es puesto en duda, se utilizan este tipo de análisis:
Gammagrafía: muestra las interioridades de esculturas de materiales que los rayos x no pueden atravesar: la piedra, el metal de grosor considerable, etc. Se puede estudiar si la obra tiene grietas internas, si hay corrosión, etc.
Termoluminiscencia: para esculturas u otro tipo de obras realizadas en barro que haya sido cocido tras su realización. Para una figura realizada en terracota podemos saber con un margen de error mínimo cuándo fue cocida.
FALSIFICACIONES FAMOSAS
Muchos de los grandes maestros se iniciaron reproduciendo obras famosas. Antes de convertirse en el artista más influyente del siglo XX, Pablo Picasso solía copiar los lienzos de Henri de Toulouse-Lautrec.
Los copistas realizan su trabajo con tanta exactitud que engañan a los conocedores. En 1998, la casa de subastas Sotheby's puso a la venta por miles de dólares una obra de Fernando Botero, que el propio artista colombiano evaluó como un fraude.
Durante las postrimerías del siglo XIX, los paisajes realistas y románticos del pintor francés Jean Baptiste Camille Corot (1796 - 1875 alcanzaron tanta popularidad, que su falsificación cobró las proporciones de pequeña industria artesanal. Pintó 10.000 cuadros, de los cuales hay 25.000 en los Estados Unidos.
Una prueba semejante de la popularidad de un artista fue la que dieron en época más reciente los falsificadores de las obras de Van Gogh, Paul Gauguin y Pablo Picasso.
Se han fechado como realizadas antes de 1910 una serie de cuadros falsos de Van Gogh. Esto hace pensar que en el decenio 1901-1910, los cuadros de Van Gogh empezaron a valorarse, llegando en 1920 a ser uno de los pintores más cotizados.
Tom Keating, el falsificador inglés más famoso de después de la guerra, ha negado hasta el cansancio que haya tratado jamás de hacer pasar sus pastiches por obras de otros artistas. Sin embargo, en 1976 se celebró en una galería privada de Londres una exposición de «obras recientemente descubiertas de Samuel Palmer». Todas las obras expuestas eran de Keating.
Recientemente, algunos cuadros que antes se creían de John Constable (pintor inglés 1776 – 1837) se han atribuido a su hijo Lionel. Lionel jamás pretendió imitar la obra de su padre, sólo pintaba en el mismo estilo. Una comparación de un paisaje de John Constable ("Árboles de Hampstead: el sendero de la iglesia", de John Constable; óleo sobre tela; 91 x 72 cm, Victoria and Albert Museum, Londres), con otro de su hijo Lionel ("En las inmediaciones de Stokc-by-Nayland, óleo sobre tela; 36 x 44 cm., Tate Gallery, Londres) demuestra lo fácil que resulta atribuir erróneamente un cuadro.
Uno de los casos más resonantes fue el realizado después de la Segunda guerra Mundial por el pintor holandés Hans Van Meegeren, quien “fabricó” Vermer (1633 – 1675), con lo cual se enriqueció vendiéndolos luego de la ocupación alemana. El escándalo se agravó más cuando los expertos, en su mayoría, coincidieron en decir que eran auténticos.
Uno de ellos fue “Los discípulos de Emaus” que se encuentra en el Museo de Rótterdam. En óleo sobre tela se trata de la falsificación más conseguida del más grande falsificador de nuestro tiempo.
Los Discípulos de Meaux de Van Meegeren
Para poder engañar a los expertos, las pinturas falsificadas de Van Meegeren debían tener una capa de pintura de antigüedad similar a la de su edad original. Los materiales
actuales como las pinturas al aceite están hechas con aceites secos como el aceite de linóleo, de secado lento, y los lienzos especiales para este tipo pinturas toman décadas endurecerlos. También fue necesario encontrar una alternativa media para que secara rápido y se endureciera completamente. La solución al problema de Van Meegeren fue usar resina de fenolformaldeido sintético (conocido como Albertol o Ambertol), disuelto en una esencia aceitosa no grasa como el aceite de lila o de lavanda combinados con pigmentos en polvo mezclados a mano. Como hizo Vermeer, van Meegeren mezcló manualmente sus propios colores e hizo su propia paleta. La resina debía ser térmica porque cuando el diseño secara por calor tenía cambiar su composición química en forma permanente y así volverse insoluble en alcohol y otros solventes comunes.
Para parecer auténtico, los cuadros debían ser pintados en lienzos genuinos del siglo XVII, para lo cual compró trabajos artísticos del período pero de menor calidad. La pintura original fue parcialmente removida con piedra pómez, teniendo cuidado de no dejar en esa capa restos de la piedra.
El siguiente paso fue aplicar una capa superior de pintura para nivelar la obra que sirve como soporte y por último, la capa de pintura final, la cual sería horneada en un calefactor construido especialmente para colocar la obra alrededor de una hora a una temperatura de 105º F.
La pintura fue barnizada y puesta en las mismas condiciones físicas que el original tiene en su superficie. Sobre el lienzo fue esparcida tinta para deslizarse dentro de los huecos y simular la suciedad de los siglos. Entonces, la tinta y el barniz fueron removidos de la superficie de la pintura, para, por último, ser rebarnizada.
Los copistas realizan su trabajo con tanta exactitud que engañan a los conocedores. En 1998, la casa de subastas Sotheby's puso a la venta por miles de dólares una obra de Fernando Botero, que el propio artista colombiano evaluó como un fraude.
Durante las postrimerías del siglo XIX, los paisajes realistas y románticos del pintor francés Jean Baptiste Camille Corot (1796 - 1875 alcanzaron tanta popularidad, que su falsificación cobró las proporciones de pequeña industria artesanal. Pintó 10.000 cuadros, de los cuales hay 25.000 en los Estados Unidos.
Una prueba semejante de la popularidad de un artista fue la que dieron en época más reciente los falsificadores de las obras de Van Gogh, Paul Gauguin y Pablo Picasso.
Se han fechado como realizadas antes de 1910 una serie de cuadros falsos de Van Gogh. Esto hace pensar que en el decenio 1901-1910, los cuadros de Van Gogh empezaron a valorarse, llegando en 1920 a ser uno de los pintores más cotizados.
Tom Keating, el falsificador inglés más famoso de después de la guerra, ha negado hasta el cansancio que haya tratado jamás de hacer pasar sus pastiches por obras de otros artistas. Sin embargo, en 1976 se celebró en una galería privada de Londres una exposición de «obras recientemente descubiertas de Samuel Palmer». Todas las obras expuestas eran de Keating.
Recientemente, algunos cuadros que antes se creían de John Constable (pintor inglés 1776 – 1837) se han atribuido a su hijo Lionel. Lionel jamás pretendió imitar la obra de su padre, sólo pintaba en el mismo estilo. Una comparación de un paisaje de John Constable ("Árboles de Hampstead: el sendero de la iglesia", de John Constable; óleo sobre tela; 91 x 72 cm, Victoria and Albert Museum, Londres), con otro de su hijo Lionel ("En las inmediaciones de Stokc-by-Nayland, óleo sobre tela; 36 x 44 cm., Tate Gallery, Londres) demuestra lo fácil que resulta atribuir erróneamente un cuadro.
Uno de los casos más resonantes fue el realizado después de la Segunda guerra Mundial por el pintor holandés Hans Van Meegeren, quien “fabricó” Vermer (1633 – 1675), con lo cual se enriqueció vendiéndolos luego de la ocupación alemana. El escándalo se agravó más cuando los expertos, en su mayoría, coincidieron en decir que eran auténticos.
Uno de ellos fue “Los discípulos de Emaus” que se encuentra en el Museo de Rótterdam. En óleo sobre tela se trata de la falsificación más conseguida del más grande falsificador de nuestro tiempo.
Los Discípulos de Meaux de Van Meegeren
Para poder engañar a los expertos, las pinturas falsificadas de Van Meegeren debían tener una capa de pintura de antigüedad similar a la de su edad original. Los materiales
actuales como las pinturas al aceite están hechas con aceites secos como el aceite de linóleo, de secado lento, y los lienzos especiales para este tipo pinturas toman décadas endurecerlos. También fue necesario encontrar una alternativa media para que secara rápido y se endureciera completamente. La solución al problema de Van Meegeren fue usar resina de fenolformaldeido sintético (conocido como Albertol o Ambertol), disuelto en una esencia aceitosa no grasa como el aceite de lila o de lavanda combinados con pigmentos en polvo mezclados a mano. Como hizo Vermeer, van Meegeren mezcló manualmente sus propios colores e hizo su propia paleta. La resina debía ser térmica porque cuando el diseño secara por calor tenía cambiar su composición química en forma permanente y así volverse insoluble en alcohol y otros solventes comunes.
Para parecer auténtico, los cuadros debían ser pintados en lienzos genuinos del siglo XVII, para lo cual compró trabajos artísticos del período pero de menor calidad. La pintura original fue parcialmente removida con piedra pómez, teniendo cuidado de no dejar en esa capa restos de la piedra.
El siguiente paso fue aplicar una capa superior de pintura para nivelar la obra que sirve como soporte y por último, la capa de pintura final, la cual sería horneada en un calefactor construido especialmente para colocar la obra alrededor de una hora a una temperatura de 105º F.
La pintura fue barnizada y puesta en las mismas condiciones físicas que el original tiene en su superficie. Sobre el lienzo fue esparcida tinta para deslizarse dentro de los huecos y simular la suciedad de los siglos. Entonces, la tinta y el barniz fueron removidos de la superficie de la pintura, para, por último, ser rebarnizada.
FALSIFICADORES FAMOSOS
• Keating
Keating, el falsificador inglés más famoso de después de la guerra, ha negado hasta el cansancio que haya tratado jamás de hacer pasar sus pastiches por obras de otros artistas. Sin embargo, en 1976 se celebró en una galería privada de Londres una exposición de «obras recientemente descubiertas de Samuel Palmer». Todas las obras expuestas eran de Keating.
• Han van Meegeren
La Cena de Emaús, de Han van Meegeren, en el estilo de Vermeer (1632-75) en óleo sobre tela se trata de la falsificación más conseguida del más grande falsificador de nuestro tiempo, que tan bien hizo tragar el anzuelo a los expertos. Pero no consiguió engañar a todos. Su éxito temporal se debió en parte al hecho de que pintó sus cuadros inmediatamente antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Las insólitas circunstancias impidieron un examen adecuado.
Algunos expertos se dejaron engañar hasta tal punto por las falsificaciones de van Meegeren que se resistían a creer su afirmación de que él mismo las había pintado (muchos falsificadores sienten una necesidad patológica de dar a publicidad su fraude). En 1945 pintó un «Vermeer» bajo la supervisión de la policía. En 1947, poco antes de su muerte, fue llevado a juicio.
• Elmyr de Hory
En la "Mujer con sombrero", de Elmyr de Hory no podemos decir que nos encontremos ante una falsificación, sino más bien ante una mala copia del celebrado retrato fauve que hizo Matisse de su mujer (Mujer con sombrero, 1905, colección privada). El extravagante De Hory pretendía haber vendido muchas falsificaciones de pinturas modernas a coleccionistas privados, no tanto para su ganancia personal como para poner de manifiesto la corrupción y avaricia imperantes en el mundo del arte. Sin embargo fueron muy pocos los expertos que se dejaron engañar por los pastiches de De Hory. Cuando se hizo famoso, De Hory se ganó la vida haciendo pastiches y copias que firmaba con su propio nombre de pila.
• Lionel / John Constable
Una comparación de un paisaje de John Constable ("Árboles de Hampstead: el sendero de la iglesia", de John Constable; óleo sobre tela; 91 x 72 cm.; 1821?, Victoria and Albert Museum, Londres), con otro de su hijo Lionel ("En las inmediaciones de Stokc-by-Nayland, óleo sobre tela; 36 x 44 cm.; c 1820; Tate Gallery, Londres) demuestra lo fácil que resulta atribuir erróneamente un cuadro. La gama de colores, el tratamiento del cielo y del follaje así como el enfoque del tema resultan sorprendentemente similares en ambos. Sólo un cuadro inspirado y una paciente investigación pueden desembocar en una atribución acertada.
Keating, el falsificador inglés más famoso de después de la guerra, ha negado hasta el cansancio que haya tratado jamás de hacer pasar sus pastiches por obras de otros artistas. Sin embargo, en 1976 se celebró en una galería privada de Londres una exposición de «obras recientemente descubiertas de Samuel Palmer». Todas las obras expuestas eran de Keating.
• Han van Meegeren
La Cena de Emaús, de Han van Meegeren, en el estilo de Vermeer (1632-75) en óleo sobre tela se trata de la falsificación más conseguida del más grande falsificador de nuestro tiempo, que tan bien hizo tragar el anzuelo a los expertos. Pero no consiguió engañar a todos. Su éxito temporal se debió en parte al hecho de que pintó sus cuadros inmediatamente antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Las insólitas circunstancias impidieron un examen adecuado.
Algunos expertos se dejaron engañar hasta tal punto por las falsificaciones de van Meegeren que se resistían a creer su afirmación de que él mismo las había pintado (muchos falsificadores sienten una necesidad patológica de dar a publicidad su fraude). En 1945 pintó un «Vermeer» bajo la supervisión de la policía. En 1947, poco antes de su muerte, fue llevado a juicio.
• Elmyr de Hory
En la "Mujer con sombrero", de Elmyr de Hory no podemos decir que nos encontremos ante una falsificación, sino más bien ante una mala copia del celebrado retrato fauve que hizo Matisse de su mujer (Mujer con sombrero, 1905, colección privada). El extravagante De Hory pretendía haber vendido muchas falsificaciones de pinturas modernas a coleccionistas privados, no tanto para su ganancia personal como para poner de manifiesto la corrupción y avaricia imperantes en el mundo del arte. Sin embargo fueron muy pocos los expertos que se dejaron engañar por los pastiches de De Hory. Cuando se hizo famoso, De Hory se ganó la vida haciendo pastiches y copias que firmaba con su propio nombre de pila.
• Lionel / John Constable
Una comparación de un paisaje de John Constable ("Árboles de Hampstead: el sendero de la iglesia", de John Constable; óleo sobre tela; 91 x 72 cm.; 1821?, Victoria and Albert Museum, Londres), con otro de su hijo Lionel ("En las inmediaciones de Stokc-by-Nayland, óleo sobre tela; 36 x 44 cm.; c 1820; Tate Gallery, Londres) demuestra lo fácil que resulta atribuir erróneamente un cuadro. La gama de colores, el tratamiento del cielo y del follaje así como el enfoque del tema resultan sorprendentemente similares en ambos. Sólo un cuadro inspirado y una paciente investigación pueden desembocar en una atribución acertada.
BIBLIOGRAFIA
• “Manual de Restauración de Cuadros”, Nicolaus K., Ed. Könemann, 1998
• “La Restauración de las Obras de Arte”, Guía de la conservación y restauración de los cuadros, Caraduje A., Ed. Club de Estudios, Bs As, 1993
• http://www.sigloxxi.com
• El Arte de Falsificar el Arte, Arnau F., Editorial Noguer S.A., Febrero 1961
• http://www.archeology.org
• Diario El Montañes de España
• “Tratado de Criminalística”, Tomo II, La química analítica aplicada a la criminalística, Autores varios, Ed. Policial, 1983
• “Historia del Arte Salvat”, Editado por el diario La Nación de
http://franciscomanes.files.wordpress.com/2011/02/falsificacic3b3n-de-obras-de-arte.pdf
• Falsificadores Famosos – Valoración de las obras de arte de
http://www.arteymercado.com/valorarte.html
• “La Restauración de las Obras de Arte”, Guía de la conservación y restauración de los cuadros, Caraduje A., Ed. Club de Estudios, Bs As, 1993
• http://www.sigloxxi.com
• El Arte de Falsificar el Arte, Arnau F., Editorial Noguer S.A., Febrero 1961
• http://www.archeology.org
• Diario El Montañes de España
• “Tratado de Criminalística”, Tomo II, La química analítica aplicada a la criminalística, Autores varios, Ed. Policial, 1983
• “Historia del Arte Salvat”, Editado por el diario La Nación de
http://franciscomanes.files.wordpress.com/2011/02/falsificacic3b3n-de-obras-de-arte.pdf
• Falsificadores Famosos – Valoración de las obras de arte de
http://www.arteymercado.com/valorarte.html
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