Las falsificaciones de obras de arte son por lo general, muy cuidadas y pueden resultar extremadamente convincentes en una inspección superficial. Por ello es necesario la utilización de ciertas técnicas instrumentales que propone la química, para determinar la autenticidad o no de un cuadro.
El examen óptico
El método óptico puede llevarse a cabo mediante una fuente de luz natural o artificial. La luz natural deteriora la obra, por lo que hay que exponerla por el menor tiempo posible a la acción de los rayos del sol. La luz artificial también degrada la obra pero es la más utilizada para el análisis. Para la observación se requiere una lupa de aumento y una fuente luminosa de 250 w.
La fuente de luz se puede situar en tres posiciones diferentes:
1) Luz frontal: permite abarcar la totalidad de la pieza, y observar si hay desprendimientos de las capas superficiales, retoques deficientes, si el barniz se ha precipitado y oscurecido sensiblemente, si presenta excoriaciones o roturas, si hay manchas
indicativas de cultivos de hongos por exceso de humedad, descamaciones o cuarteamientos por resecamiento o excesivo calor que disuelve o pulveriza las encoladuras del sostén, si hay grietas por deficiencias de los pigmentos o el preparado de los sostenes.
2) Luz a 45º de proyección: revela el estado de tensión de la tela, los incipientes desprendimientos, la falta de adherencia, los niveles alterados por restauraciones deficientes anteriores, los parches y las suturas fuera de nivel.
3) Luz rasante con variación de lados y ángulos: revela las mínimas anomalías existentes en los niveles de toda la superficie de la obra, las ampollas, las ondulaciones y las restauraciones imperfectas.
Exámenes técnicos
Radiación ultravioleta: cuando se expone la obra al espectro U.V. se pueden observar las zonas alteradas, ya sea por retoques sobre el barniz o por anteriores restauraciones. Al aplicar ultravioleta sobre el cuadro en un ambiente oscuro, el barniz resulta fluorescente y brilla con un color verde musgo. Los demás colores parecen borrarse del cuadro y el diseño general puede apreciarse débilmente bajo el barniz fluorescente. En aquellos puntos en que le barniz se ha perdido, no hay fluorescencia y se aprecian manchas negras. En síntesis, lo que se observa con la radiación ultravioleta es la capa superficial del cuadro.
Convertidor de imágenes en infrarrojo: consiste en obtener una imagen óptica sobre una superficie fotosensible acoplado a un sistema que proyecta la imagen electrónica sobre una pantalla fluorescente que, a su vez, permite la obtención de una imagen visible. La región del espectro que se utiliza se halla entre los 760 nanómetros y los 2000 nanómetros. Con esta técnica se observan las capas inferiores de un cuadro y confirmar su diseño previo.
Rayos X: la radiación electromagnética afecta a una película fotográfica y generan radiografías, que son placas que muestran las estructuras internas de objetos, personas y sustancias. Se utilizan para completar trabajos de restauración en pinturas de caballete, esculturas y metales, ya que las radiografías ayudan a determinar la condición de las piezas, su legitimidad y auxilia los estudios, las investigaciones y el diagnóstico del restaurador. Los rayos X apoyan la observación de los arrepentimientos, las correcciones o los cambios que el autor realizó en su obra, o bien, a las intervenciones posteriores a las que fue sometida. En el caso de las esculturas, se determina si existe una articulación, alteración o fractura interna en la pieza. Con los metales, se establece el grado de oxidación.
Las radiografías de materiales delgados como pinturas en caballete, óleos o cartón se trabajan con rayos Grenz (tienen menos de 20 Kw). Mientras que los materiales de mayor grosor como la cerámica, pintura en madera, escultura o metales, se trabajan con rayos X.
Sólo el restaurador tiene la capacidad de determinar las piezas que requieren placa. Las piezas no se alteran con la radiación porque no se concentra en este tipo de material.
En la pintura reciente, entre 30 y 50 años, no resaltan las figuras, porque no presentan acumulación de minerales o sustancias que el tiempo adhiere a la obra. Otro factor que impide la claridad de la radiografía es la composición de las sustancias orgánicas o pigmentos vegetales.
Con este método se detecta cuando la técnica de manufactura del soporte no coordina con la de la imagen, porque al sacar la placa se observa que existe otra pintura que puede corresponder a épocas anteriores a la que se observa. También sirve para conocer la conservación del material, los clavos internos que presenta, la constitución o plaga interna que pudiera tener.
Los rayos X contribuyen a complementar los trabajos realizados en los talleres de pintura de caballete, policromía y metales, porque pueden establecer la autenticidad y condición de los bienes culturales. A través de éstos se registra la estructura interna de las piezas y determina: los detalles, el estilo característico del artista, y la escuela; las modificaciones hechas por el artista original o las alteraciones realizadas posteriormente; los defectos que no se ven a simple vista después de la restauración; y las anomalías estructurales en la distribución de las densidades radiográficas que pueden indicar falsificación en cuadros similares.
Algunas veces se pueden hacer visibles las firmas, fechas e inscripciones que se encuentran ilegibles.
Difracción por rayos X: a través de esta técnica se puede determinar la naturaleza de los pigmentos que se usaron. Los pigmentos están compuestos por materiales orgánicos e inorgánicos. La difracción de rayos X caracteriza los minerales de cada pigmento. Dado que los avances industriales han proporcionado al artista una paleta más amplia, si estos pigmentos modernos aparecen en una obra antigua (en una zona original), es motivo suficiente para pensar que no sea de época.
Microscopía electrónica de barrido (Scanning Electron Microscopy): se puede acoplar a un analizador de energía dispersiva de rayos x y permite la identificación de componentes orgánicos que puedan poseer los pigmentos sirve para el análisis de pigmentos y sus componentes.
Colorimetría: es un método que permite por medio del microanálisis, descubrir los elementos que integran los pigmentos. Se utiliza para esto una aguja hipodérmica convertida en un sacabocados, se introduce levemente en la capa de pintura procurando no atravesar la tela y se extrae una partícula de pintura. Luego, se la introduce en un tubo de ensayo y se la disuelve con un solvente apropiado para realizar las muestras para una cromatografía planar.
Micrómetro: con este aparato se pueden medir los espesores de las distintas capas pictóricas y determinar el orden en que han sido aplicadas. Son elementos de medición del orden de la centésima de milímetro. Estos aparatos pueden ser de aguja o digitales.
Espectrometría: se utiliza para determinar elementos constitutivos y aditivos. Consiste en la interacción de un haz de fotones y las moléculas de las sustancias que se quiere analizar. De acuerdo al tipo de espectrometría que se utilice se pueden determinar cual y cuantitativamente la presencia de elementos orgánicos en un compuesto o elementos minerales.
Espectroscopía RAMAN: es un sistema de análisis no destructivo que permite restaurar obras de arte en poco tiempo sin agredirlas. Por un lado, analiza los pigmentos de la obra, y por otro, determina cuales son los que no pertenecen a la pieza. Este sistema está basado en la tecnología láser, que ofrece gran capacidad de resolución y especificidad, los que permite detectar la autenticidad de una obra y a que período pertenece. La espectroscopía RAMAN se combina con otra técnica llamada foto-ablación, que determina con mucha exactitud, que pigmento es de los que existen en la paleta informática, porque es sensible a la composición química y a la estructura poli-atómica.
Permite analizar partículas de diámetro inferior al micro. La foto-ablación no térmica, es un proceso que utiliza impulsos láser ultravioleta para eliminar los elementos que no pertenecen a la obra original sin dañarla.
Recientemente se ha podido constatar la falsificación de tres tablas, de unas medidas de 10,50 x 29,50 cm, firmadas y atribuidas supuestamente al pintor modernista valenciano Cecilio Pla (1860-1934) y fechadas en los años 1915 y 1920. Mediante la espectroscopía RAMAN se detectaron en las tres tablas, dos pigmento (rutilo y azul de fotalocianina), que son posteriores a la muerte del pintor.
Método del Carbono 14: sirve para determinar la edad de una obra. Cuando un organismo muere, la concentración de C14 empieza a decaer; eso ocurre con la madera utilizada para elaborar papel o en el algodón utilizado para elaborar telas, por ejemplo. Este fenómeno da una pauta para establecer la edad absoluta de los materiales orgánicos. Este método se lleva a cabo a través de un estudio denominado “Análisis por activación neutrónica”, que consiste básicamente en generar isótopos radiactivos de los elementos que quiere investigar, pudiendo medir luego la proporción de estos isótopos radiactivos, y en función de ello, medir su concentración.
Estratigrafía: muestra cómo han sido aplicados los estratos o diferentes capas de la pintura desde su soporte: las capas de preparación e imprimación, capas de color, veladuras, capa de barniz, repintes.
Análisis de aglutinante: con este ensayo se sabe el procedimiento que utilizó el artista: si se trata de un óleo, acuarela, témpera, cera.
Para el análisis de esculturas cuyo origen es puesto en duda, se utilizan este tipo de análisis:
Gammagrafía: muestra las interioridades de esculturas de materiales que los rayos x no pueden atravesar: la piedra, el metal de grosor considerable, etc. Se puede estudiar si la obra tiene grietas internas, si hay corrosión, etc.
Termoluminiscencia: para esculturas u otro tipo de obras realizadas en barro que haya sido cocido tras su realización. Para una figura realizada en terracota podemos saber con un margen de error mínimo cuándo fue cocida.
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